18 de diciembre de 2018

Qué puedes hacer para acabar con la violencia machista si eres hombre

Grafitti urbano de Smug

Conozco a muchos compañeros que están horrorizados con los últimos acontecimientos, y con las últimas cifras sobre la violencia machista publicadas por la ONU el pasado 25 de Noviembre, pero muchos no saben cómo contribuir a la lucha contra el patriarcado, o cuál podría ser su papel en este movimiento contra la violencia machista.

Hay muchas cosas que puedes hacer, aquí os dejo algunas ideas para empezar a trabajar:

- Trabajarte personalmente: hacer autocrítica constante con uno mismo. Ponle atención a la manera en como te relacionas con las mujeres que hay en tu vida: tus compañeras de estudios o trabajo, tu madre, tus hermanas, tus hijas y demás mujeres de tu familia, tus ligues o tu pareja, tus vecinas del barrio, o las camareras de los bares que visitas. Observa tus privilegios y la forma en que te beneficias de ellos, tu forma de cortejar y ligar, tu forma de tratar a tus compañeras sexuales y sentimentales, y la manera en que hablas de las mujeres en público. Analiza la manera en que gestionas tus emociones y resuelves conflictos, la forma en la que ejerces tu poder, la manera en que te beneficias de los cuidados que recibes de las mujeres que te quieren, Es un trabajo para toda la vida: constantemente tenemos comportamientos patriarcales y machistas, y la mayor parte de las veces no nos damos cuenta. Una vez que los identificas, puedes empezar a hacer cambios en tu vida cotidiana y en tu forma de relacionarte con nosotras.

- Trabajar en grupo: puedes juntarte con más hombres que estén trabajando sus patriarcados, y que tengan ganas de poner su granito de arena en una de las luchas políticas más importantes del siglo XXI. Podéis formaros, leer juntos, debatir, hacer talleres, y salir a las calles para protestar y para pedir a los gobiernos y a la sociedad que pongan la violencia machista en el centro de su agenda política.

- Evitar ser cómplice En tus reuniones con hombres: no le rías la gracia a los machistas, no le sigas el juego a los hombres de tu entorno que no se trabajan el machismo, y prestales tus gafas violetas: si les das tu punto de vista en vez de quedarte callado, puedes ayudar a muchos del grupo que piensan como tú y no se atreven a cortar el rollo a sus amigos. Y puedes lograr que tus amigos se hagan preguntas y empiecen también a trabajarse.

- Lee y escucha a las mujeres que llevan años estudiando y luchando en el movimiento feminista, puedes aprender mucho de ellas. El feminismo es una teoría y también un movimiento social, y como en la escuela no nos hablan de ello, tienes que ser autodidacta y aprender por tu cuenta. También puedes hacer cursos sobre feminismo y masculinidades, asistir a charlas y conferencias, y formar grupos de estudio feminista con otros hombres.

- Trabaja tu victimismo: es lógico que muchos hombres se sientan atacados y se enfaden porque todo está cambiando y no pueden hacer nada para que todo siga igual. Cuando te tocan tus privilegios, es hasta cierto punto normal que quieras seguir teniéndolos. El feminismo no es un discurso de odio contra los hombres, lo que trata es de poner el foco en la masculinidad patriarcal que domina el planeta y asesina mujeres cada cinco minutos en todo el mundo. Aunque vosotros también sufris vuestras opresiones, todas vienen del patriarcado, no del feminismo: el feminismo es un movimiento de liberación, y vosotros también estáis incluidos, pero no sois los protagonistas. Os necesitamos más como agentes del cambio que como lideres de un movimiento de mujeres.

- Educa a tus hijas e hijos sin machismo: asume de una vez tus responsabilidades domésticas, de crianza y cuidados. La única manera de enseñar la igualdad a tus descendientes es que la vean en casa, y que tú des ejemplo con tus acciones, no sólo con tus discursos. Eres el representante de las nuevas masculinidades y las nuevas paternidades, da lo mejor de ti en esta tarea.

- Trata bien y cuida a tus parejas, sean parejas formales o informales, sean parejas de una noche o de cien noches. Construye relaciones sanas e igualitarias con tus compañeras.

- Trata bien a las desconocidas también: no ejerzas acoso sexual en la calle y en los espacios públicos.

- No alquiles mujeres para tu placer sexual o tus necesidades reproductivas. No explotes mujeres pobres y no te aproveches de tu poder económico para obtener favores sexuales.

- Sé honesto contigo mismo para hacer una revisión de todas las ocasiones en que te has aprovechado de tu condición de hombre, las veces que has hecho daño a las mujeres, las veces en que has ejercido la opresión sobre ellas, y la forma en que el patriarcado te ha oprimido a ti. Si tienes que perdir perdón a alguien, hazlo. Te sentirás mucho mejor.

- Ten empatía para poder ser solidario y pregúntate a diario cómo es ser mujer en un mundo patriarcal.

- No seas indiferente ante las injusticias de tu entorno: no permanezcas callado para proteger a un compañero, no culpabilices a las víctimas, protesta cuando detectes situaciones de abuso y violencia contra las mujeres, actúa para llevar el feminismo a tus espacios cotidianos, practica tu feminismo en todas las situaciones, y aplicalo en cada una de tus relaciones.

- No intentes liderar la causa feminista: si te unes a un grupo mixto de mujeres y hombres, intenta no ser el primero que lleve la pancarta, intenta no acaparar el espacio de diálogo, intenta apoyar en lugar de protagonizar.

 - Busca tus modelos de referencia para trabajar tu masculinidad: hay muchos hombres feministas escribiendo en revistas y blogs, impartiendo charlas, haciendo vídeos y documentales, organizando jornadas y concentraciones de protesta contra la violencia machista. Están en las redes sociales, debatiendo y compartiendo información, y apoyando a las compañeras feministas. 

- Conviértete en un modelo de masculinidad antipatriarcal para los hombres de tu entorno, especialmente para los más jóvenes. Se contagia a la gente con acciones y con el comportamiento, no sólo con los discursos. Siendo una referencia puedes ayudar a muchos a cuestionarse, a trabajarse, y a unirse a la causa contra la violencia machista. Necesitamos muchos como tú.


Coral Herrera Gómez


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15 de diciembre de 2018

Crianza con apego, y compartida




Cuando hablo del derecho que tenemos las mujeres a criar a nuestros propios hijos, no pienso en el modelo tradicional de la mujer sola que se queda en casa, abandona su carrera y sus proyectos personales para dedicarse con esfuerzo y sacrificio a cuidar a los demás. 

Yo pienso más bien en la crianza con apego y compartida, es decir, aquella que se hace en tribu. La que se ha hecho siempre, toda la vida, en los pueblos y en las comunidades: las madres han contado siempre con sus madres y abuelas, con sus tías y primas, con sus hermanas y amigas, y con las vecinas, incluso también con los hombres de la familia, en especial con los abuelos. 

Ahora también hay tribus de mujeres que se apoyan mutuamente en la crianza, y tribus mixtas de amigas, amigos y parejas que se implican en el cuidado de todos los niños y las niñas para que todos puedan tener tiempo libre, y para poder acompañar y apoyar a las madres en el período de lactancia, tanto a nivel emocional como a nivel logístico y económico. De verdad que me parece una brutalidad que tantas mujeres queden condenadas a la dependencia económica y a la soledad, además siento que la crianza es una de las tareas más duras del mundo. No pienso que la solución sea buscar una sustituta para que haga nuestro trabajo y el de nuestro compañero con un salario indecente. 

Siento que no pensamos en los bebés, y que la clave no es explotar a mujeres más pobres o condenar a los niños a pasar diez horas en la guardería: hay que robarle tiempo al capitalismo para que nos deje criar y cuidar a nuestra gente. Las jornadas actuales, los horarios y las condiciones laborales no permiten que nadie se implique en una responsabilidad que tiene que ser compartida. 

Así que hay que buscar la manera de compartir los cuidados, y en esto los hombres tienen que trabajarselo mucho, a nivel personal y también a nivel político: son ellos los que tienen que aprender a cuidar, replantearse su uso del tiempo libre, y pedir las condiciones laborales aptas para asumir sus responsabilidades. 

#LaCrianzaEsPolítica#LosCuidadosSonPolíticos #CrianzaConApegoYCompartida#TribusDeCrianza #ComunidadesDeCrianza

22 de noviembre de 2018

Necesitamos toneladas de amor

Necesitamos toneladas de amor y cariño. Es tanto afecto el que necesitamos, que una sola persona jamás podrá cubrirlo. Es injusto pedirle al amor romántico que nos de toda esa ternura que necesitamos, es inútil pedirle a la pareja que se responsabilice de esa necesidad de amor. Lo que necesitamos es una enorme red de afectos en la que haya mucha gente: amigos, amigas, familia de sangre y tribu elegida, compañeras de estudios y de trabajo, vecinos y vecinas del barrio, amores y amantes, ex amores y ex amantes.

Sólo con una red amorosa diversa podremos amar en libertad, y relacionarnos en pareja sin miedos y sin dependencia emocional. El amor del bueno está en toda la gente que forma o ha formado parte de tu vida, y toda la que está por llegar. Esa gente con la que celebras la vida, gente que te apoya en los momentos difíciles, que te cuida cuando lo necesitas, y a la que cuidas cuando te necesitan. Tu gente, todas aquellas personas que te apoyan en momento difíciles, que te escuchan con amor, que te hacen sentir bien, que son felices si estás feliz. Gente con la puedes ser tú misma, gente con la que conversas desnuda y abres tu corazón, con la que aprendes día a día, con la que compartes un trocito de tu vida, con la que bailas y ríes en las fiestas.

Es nuestra red amorosa a la que hay que cuidar y alimentar: todo lo que necesitamos es dedicar tiempo y energías a nuestros seres queridos, y crear espacios sociales en los que poder dar y recibir mucho amor del bueno.

#RedesAfectivas #AmorDelBueno #Solidaridad #TernuraSocial #QuererseBien #Cuidados #LoRománticoEsPolítico #OtrasFormasDeQuererseSonPosibles #RedesDeAmor

Alumnas del Laboratorio del Amor




Cuando leo los mensajes de despedida que dejan las alumnas de la Escuela y el Laboratorio del Amor me emociono un montón y pienso que mi trabajo es útil y ayuda a la gente a estar mejor, a trabajarse por dentro, a poner en práctica toda la teoría, a fabricar herramientas para sufrir menos, y disfrutar más del amor. Y que entre todas, estamos creando una comunidad sororaria de acompañamiento y empoderamiento en la que ponemos en el centro las emociones, el deseo, los sentimientos, las relaciones, los cuidados y los afectos. Es un trabajo individual y colectivo que ya va dando sus frutos. Aquí podéis leer sus mensajes:


"Mi primer acercamiento a la deconstrucción de los mitos del amor romántico fue a través de tu libro y desde entonces he seguido con mucha atención tus textos. Me apetecía mucho conocer tus talleres y poder remunerar de alguna manera todo el aprendizaje que he obtenido gracias a tus textos en el pasado. Es alucinante la cantidad de recursos que nos has ofrecido, siento que tengo mucho material para seguir rascando e indagando y que todo ese material será pertinente porque me fío mucho de tu criterio. Estoy agradecida de que el taller no se quede en dos semanas, sino que nos des pistas para poder seguir trabajando. Sé que puedo seguir avanzando en mi trabajo personal leyendo tus textos y haciendo los ejercicios que me quedan pendientes. Son útiles y pertinentes con o sin Coral Herrera al otro lado en directo :) Tu tono cercano, tu implicación hablando de ti y el seguimiento que has hecho de nuestras respuestas me ha encantado. He sentido que estabas ahí detrás, de verdad. En los cursos online siempre tengo la duda de si la persona que dinamiza tiene precocinados los textos y simplemente los suelta automáticamente un año tras otro. En ese sentido, me ha encantado tu acompañamiento.

En serio, he alucinado con tu implicación, gracias. Coral, quiero cerrar este texto diciéndote lo mismo que decía al abrirlo: gracias a ti he aprendido tanto y ha mejorado mucho mi vida. Quiero agradecértelo de corazón. En estos años han salido tantas corrientes y personas que hablaban del amor, de las relaciones, de los poliamores, de todo... y siempre he pensado que tu discurso era el más sensato y de los pocos aplicables a la gente monógama y polígama porque simple y llanamente nos hablas de cuidarnos mucho a nosotras mismas y de establecer relaciones sanas. También me flipan los textos más "académicos" como el de (hamor) o tu propio libro en los que relacionas capitalismo, atomización de la sociedad y amor romántico. Admiro muchísimo tu capacidad divulgativa para conceptos difíciles de explicar. Gracias por tanto"

Lidia


"Me he sentido muy contenta de tener acceso a todas las experiencias de las participantes. Siento que me susurran claves, cada una con sus acentos y matices. Al leerlas y leerme me viene a la cabeza la frase de la escritora chilena, Marcela Serrano: "todas las mujeres tenemos la misma historia que contar". Es muy poderosa recordarnos y despertarnos a través de las historias de las otras. Definitivamente, el Laboratorio es, a mi parecer, un experimento social-feminista de una potencia tremenda respecto a la deconstrucción del amor romántico y al tejido de redes afectivas de mujeres de todos los lugares"

Eli


"Me encanta. Claro que me he sentido integrada, sería difícil no sentirlo cuando compartimos tantas cosas en común. Lamentablemente muchas hemos tenido experiencias negativas, y el compartirlas, aunque sea en la distancia, nos une.
Me ha sido muy útil, ahora soy mucho más consciente de muchas cosas, y he descubierto muchas actitudes en la pareja que antes toleraba e incluso veía normales pero ahora ya no aguantaría. También tengo más recursos, para cuidarme y saber ver las cosas negativas a tiempo, no justificar, y herramientas para dejar bien y hacer el duelo corto.
Lo que más me gusta es que las que forman parte del Laboratorio del Amor es que sois mujeres muy interesantes, con muchas inquietudes y ganas de vivir, que aunque se hablen de cosas dolorosas es para poder salir de ello bien, a vivir bien, a ser felices, y me encanta el humor con el que desdramatizamos".

Carmen



Más testimonios de alumnas

Nuevo curso intensivo Amor y Autoestima, diez días por 40 euros.

Oferta del Laboratorio: 3 meses x 25 euros.



21 de noviembre de 2018

Regalos con amor





Si estás buscando un regalo especial para hacerte a ti misma, o para hacerle a tu novia, a tu novio, a una amiga, a un amigo, a tu madre, tu hija, tu hijo, tu hermana, tu prima, tu vecina, tu compañera de piso, tus compañeras de trabajo, aquí tienes 3 regalos fabulosos:


Laboratorio del amor (sólo mujeres)

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Curso Autoestima y Amor, por sólo 40 euros 

Convocatoria 2018, inicio 23 noviembre

Convocatoria 2019, inicio 4 de enero

                                               

Todos los regalos incluyen un vídeo mío personalizado en el que saludo, le cuento quién o quienes le están haciendo el regalo, y le doy la bienvenida al taller o al Laboratorio.

Sólo tienes que entrar aquí y hacer click en el botón del regalo que prefieras:

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11 de noviembre de 2018

Mis conferencias en México. Noviembre 2018





Mis conferencias en México para la semana que viene: 

el martes 13 estaré en la Universidad de Sinaloa, en Culiacán, 


los días 14 y 16 en Mazatlán, 


y el 17 en UNAM, Ciudad de México.







10 de noviembre de 2018

Pasos a seguir para someter a millones de mujeres con la droga del amor romántico




O cómo fabricar yonkis del amor para que los hombres vivan como reyes:
- A los 6 años las niñas ya deben de tener clara su condición de ser humano inferior y admirar a los hombres.
- Desde la infancia tienen que verse como víctimas, y empezar a soñar con el cuento de que en el amor romántico está la felicidad.
- Desde la infancia hay que contarles que sólo las querrán por su capacidad para amar y cuidar a los demás, explicarles todo lo que no pueden y no deben hacer por ser mujeres, y hacerles creer que su valía depende de la aceptación y el reconocimiento de los demás.
- Una niña con carencias afectivas será más vulnerable y dependiente: no hay que acostumbrarles a los besos, los brazos y el cariño. Que se lo ganen obedeciendo.
- Meterles en vena la necesidad de ser amadas para estar completas: que vean muchas películas de princesas que esperan con paciencia la llegada de su amado, que piensen que el amor es la salvación y la solución a todos sus problemas.
- El amor ha de ser el centro de su universo y sus preocupaciones, cuanto antes empiecen a soñar con su Príncipe Azul, mejor.
- Construir sus miedos para que los interiorice: miedo al fracaso por no tener pareja, miedo a no ser nadie, miedo al abandono, miedo a no ser amada, miedo a la soledad.
- Seducirlas y engañarlas a todas con la idea de que amar es sufrir, aguantar, renunciar y someterse, y que tendrá el premio que merece al final del valle de lágrimas en el que vivimos.
- Que interioricen la guerra contra el patriarcado y pierdan sus energías en batallas inútiles, que se maltraten y se autodestruyan, que se hagan auto-boicot, que se crean que la felicidad está fuera para que busquen desesperadamente a alguien que las quiera.
- Que soporten todo en nombre del amor: malos tratos, violencia, relaciones de abuso y explotación. Que se sometan al patriarcado desde la intensa necesidad de ser amada por un hombre.
- Que crean que solas no pueden, y con sus amigas tampoco.
- Que sientan que si no le llega el amor es porque tienen mala suerte, o porque es culpa suya, y que sigan soñando con los milagros románticos.
- Que crean que los demás son muy felices y comen perdices.

Si machacas constantemente la autoestima de las mujeres con mensajes a través de los medios para que luchen contra sí mismas, para que no les guste su cuerpo ni su personalidad, para que se sientan mal y sean exigentes consigo mismas, para que crean que estando guapas las van a querer más, para que se torturen voluntariamente, entonces se someterán a la tiranía de la belleza y siempre estarán acomplejadas, insatisfechas, inseguras, y amargadas.
Una vez que prueben la droga del enamoramiento, ya las tienes de rodillas mendigando o exigiendo amor, esforzándose para ser amadas, intentando ser complacientes, olvidándose de sí mismas, traicionando sus ideales, renunciando a su libertad, haciendo sacrificios, y deseando cuidar a cualquier hombre que quiera cumplir el papel de Salvador o Príncipe Azul.

Así se fabrican las yonkis del amor: mujeres que viven amargadas por la falta de amor, mujeres que se conforman con las migajas de amor, mujeres que se autoengañan para seguir consumiendo su droga favorita, mujeres que se olvidan de su felicidad y trabajan para hacer felices a los hombres.
Sabiendo que así nos quiere el patriarcado, llenas de culpa, frustraciones, rabia, miedos, sufrimientos, y dominadas por nuestra necesidad de amor, entonces hay que trabajar muy duro para desobedecer, para ir contracorriente, para dejar de someternos y de sufrir por amor, para liberarnos, para querernos bien a nosotras mismas, para buscar otras formas de relacionarnos, y para construir colectivamente mucho amor del bueno.


5 de noviembre de 2018

¿Por qué no se van de casa las mujeres que sufren violencia machista?


¿Que por qué no se van de casa las mujeres que sufren violencia machista? Porque cuando se separan, a veces empieza un infierno mucho peor: los maltratadores se obsesionan, viven devorados por la rabia y el odio, las acosan, las persiguen por la calle, entran en su casa, la atacan en redes sociales y por teléfono, las amenazan todos los días, a algunas las pegan palizas y las violan, las destruyen psicológicamente mientras ellas tratan de aguantar. 

Muchas de las que se atreven a denunciar no reciben orden de protección, a pesar de que cuando lo hacen la violencia y el odio contra ellas se intensifica. A muchas las acaban matando porque la rabia del maltratador no disminuye con el tiempo: son capaces de estar años acosando, insultando, maltratando, y tratando de quitarle a los hijos e hijas, porque saben que es la forma de castigo más cruel que podemos sufrir cuando somos madres. 

Las mujeres no se separan para proteger a sus hijos y porque no quieren separarse de ellos, ni dejarles solos con el padre. Tienen la autoestima por los suelos, sufren depresiones y ansiedad, sus energías están puestas en sobrevivir, y viven con un miedo permanente. 

Las mujeres no se van de la casa porque la mayoría no tienen donde ir, y cuando logran huir, ellos las encuentran y las amenazan en su lugar de trabajo o en la calle. 

La única forma que tienen algunas mujeres de salvar su vida es que el maltratador lleve escolta humana que le controle las 24 horas del día, pero la ley pone el foco en la víctima. Algunos jueces protegen a los agresores y les permiten convivir con sus hijos e hijas aunque sean un auténtico peligro. 

Así que a ellas no les queda más remedio que intentar "desaparecer", pero no todas pueden hacerlo. Se necesita una red de gente querida muy volcada en apoyarla, y no todas las mujeres tienen esa red. Muchas están solas y desamparadas por el Estado, y cuando el machista las mata, ningún juez es inhabilitado pese a que han negado la ayuda en una situación de peligro. Son los máximos responsables de las vidas de esas mujeres, niñas y niños que necesitan protección, y son cómplices de los machistas violentos.También la prensa es cómplice porque sigue justificando a los agresores y los asesinos, y culpabilizando a las víctimas.

¿Se entiende entonces por qué no huyen las mujeres, y qué ocurre cuando lo hacen? 

#25N #DíaInternacionalContraLaViolenciaMachista
#MachismoMata #StopFemicidios
#UnMaltratadorNoEsUnBuenPadre
#JusticiaPatriarcal #JuecesCómplices #MujeresEnLucha

30 de octubre de 2018

Las niñas y la revolución feminista



Ellas son la medida de todas las cosas. La forma en que tratamos a las niñas son el mejor indicador para evaluar si un país es democrático, y si sus líderes gobiernan en contra o a favor de la gente. La inmensa mayoría de los gobiernos del mundo son incapaces de garantizar los derechos humanos de las niñas más pobres, porque al poder no le interesa acabar con la pobreza.

Ellas sufren más hambre y la desnutrición que los niños, sufren más el analfabetismo, trabajan millones de horas dentro y fuera de sus casas en condiciones de semiesclavitud, les cortan los genitales, las casan con viejos, sufren violaciones en sus casas, mueren más en los partos que las mujeres adultas, son obligadas a ser madres y a renunciar a su infancia, sufren más accidentes mortales en sus hogares, las usan para hacer intercambios comerciales entre familias, las prostituyen cuando no hay para comer, las secuestran y las esclavizan los traficantes de niñas para uso sexual o reproductivo, y en países como China o India su nacimiento es una desgracia, por eso las matan más que a los niños.

Ellas no sufren sólo la violencia del capitalismo, también el patriarcado con su misoginia, racismo, xenofobia, el odio a la infancia, y el odio a los pobres: en ellas se concentra toda la violencia del mundo, sus cuerpos son atravesados por todo el odio del mundo. Para entender nuestro tiempo presente, hay que fijarse en cómo tratamos a los seres humanos más indefensos y vulnerables, y cómo trabajamos para conseguir derechos humanos para todas ellas sin excepción.

Hay que empezar por su derecho a vivir una vida libre de violencia, seguir por el derecho a techo, a la salud y la educación, su derecho a no trabajar y a ser niñas, su derecho a no sufrir la tortura de ser madres en la infancia, su derecho al placer y la alegría, y su derecho a recibir afecto y buenos tratos de su tribu, de su comunidad, y de la sociedad entera. Ellas son el motivo más importante para luchar por un mundo mejor, ellas son el principal sujeto del feminismo y de la revolución feminista

#DerechosDeLasNiñas #StopMutilaciónGenital #StopMaltratoInfantil #StopViolenciaMachista #StopAbusoInfantil
#PatriarcadoCriminal #NiñasNoEsclavas #NiñasNoMadres #StopPobreza #Feminismo #DerechosSexualesYReproductivos

29 de octubre de 2018

Temas de Noviembre en el Laboratorio del Amor



Durante todo el mes vamos a estar trabajando en el tema del amor sin romanticismo,

 y en la fabricación de herramientas para trabajar los celos en el Laboratorio del Amor. 

Terminaremos con un chat en directo, si os apetece uniros a nosotras, podéis apuntaros aquí: 

http://otrasformasdequererse.com/laboratorio-del-amor/

28 de octubre de 2018

Que tus emociones no hagan daño a nadie: primer principio de la ética amorosa





"Que tus emociones no hagan daño a nadie" es una de las leyes fundamentales del amor y los afectos. También es un principio básico de la autocrítica amorosa: por gigantesco que sea el tsunami emocional que te arrasa, que no deje víctimas a su paso, que no duela a los demás, que no se multiplique. 

Funciona muy bien, por ejemplo, para evitar reproducir la cadena familiar de los malos tratos, o para trabajar los celos, el odio, la pena, los miedos... es justo lo contrario al pensamiento patriarcal que legitima la sed de venganza del amante dolido, y con el que se justifica, por ejemplo, la violencia machista.


Creo que controlar las emociones para que no hagan daño a los demás y tampoco a nosotras mismas, es una de las mejores herramientas para mejorar nuestras relaciones y para cuidar nuestra salud mental y emocional. Las emociones suben de intensidad cuando las estallamos contra la otra persona, y nunca nos hace sentirnos bien. Además no suele provocar reacciones positivas en ella, sino más bien lo contrario. Es así, en realidad, como iniciamos las guerras, los conflictos, y las peleas, con la idea de que si nosotras estamos dolidas, entonces la otra persona tiene que sufrir también.  
La única forma de desahogarnos sin hacer daño a nadie es cuando podemos compartir lo que sentimos con nuestra gente querida. Si tenemos el espacio afectivo para hablar de ellas, si logramos  desahogarnos sin que nuestras palabras hieran a nadie, entonces se van diluyendo poco a poco, bajan en intensidad y volumen, se hacen más manejables para trabajar con ellas. Necesitamos hablar de lo que sentimos, pensar la emoción para lograr que no nos arrase. Necesitamos racionalizarla, tomar distancia, coger otras perspectivas del tema, y escuchar buenos consejos de las amigas y los amigos que nos quieren. A veces, incluso, necesitamos ayuda profesional para tener herramientas que nos permitan trabajar las emociones.
Al compartirlas y sacarlas de las profundidades de nuestro ser, creo que dejan de tener tanto poder sobre nosotras. De pronto no parecen ya monstruos gigantescos y no nos sentimos tan vulnerables. Una vez que las vemos manejables, es más fácil sentarse a hablar con la persona con la que hemos tenido el conflicto, por ejemplo. Para solucionarlo y elaborar nuevos pactos, o para separarnos sin hacer la guerra. 
Mi propuesta es que tomemos esta idea como un principio fundamental de la ética amorosa: que mis emociones no hagan daño a nadie, ni a mi misma. Tenemos que aprender a manejar la ira, la pena, la frustración, el dolor, el desamparo, el odio, los miedos, la rabia y la tristeza para que no nos destruyan, y no destruyan a los demás.
De lo que se trata al fin y al cabo, es de disfrutar de la vida y del amor, y para eso es fundamental aprender a surfear en los tsunamis emocionales, a sacar toda la emoción sin que estalle contra nadie, a convivir con las emociones, a expresarlas y compartirlas, a manejarlas para que no nos inunden, y para que podamos tener calidad de vida. Y porque nos merecemos estar bien, y ser felices. 

Coral Herrera Gómez

20 de octubre de 2018

Autoestima y resistencia política

En realidad las mujeres no tenemos un problema de autoestima. El problema lo tiene el patriarcado que nos quiere machacar y encuentra en todas nosotras una resistencia feroz. Todas queremos estar bien, vivir bien, disfrutar de la vida y del amor., pero el patriarcado nos invita a autodestruirnos a diario. 

Es cierto que a veces tenemos las defensas más bajas, pero ahora ya sabemos que la guerra no es contra nosotras mismas, sino contra el patriarcado que tenemos dentro repitiéndonos constantemente que no valemos nada. Y esto nos pasa a todas, así que hay que unirse, compartir herramientas, desobedecer todo lo que se pueda, y aprender a quererse bien a una misma. 

Resistir al patriarcado y desalojarlo de nuestro interior es el mayor acto de rebeldía política que estamos haciendo en nuestras vidas. Y ya tenemos la receta mágica para liberarnos: aprender a cuidarnos y a querernos mucho, a nosotras y entre nosotras. y estamos en ello, ya no nos para nadie. 

#MujeresQueYaNoSufrenPorAmor

Charlando con Leticia Dolera en La Ser

Ayer en la radio, charlando con Leticia Dolera en la Cadena SER sobre películas románticas:





19 de octubre de 2018

Mi libro en la tele del Diario Público



En el programa La Frontera, Juan Carlos Monedero habla de mi libro y lee un poquito al terminar su programa. Que ilusión #MujeresQueYaNoSufrenPorAmor

17 de octubre de 2018

¿Por qué hay que dejar de sufrir por amor?


De Steven Meissel



Sufrir por amor nos envejece y nos pone feas. Es justo lo contrario a lo que sucede cuando nos enamoramos y estamos felices: se nos ve radiantes, nos brilla el pelo, la mirada, la piel, y todo el mundo nota nuestras noches de amor.

Cuando sufrimos se nos marcan las ojeras, las bolsas, las arrugas, se nos borra la sonrisa, se nos opaca la mirada y se seca la piel. Estamos más cansadas siempre, porque sufrir nos roba las energías y la alegría de vivir. Sufrir no es gratis: además de envejecer, nos deteriora por dentro y por fuera. Nuestra salud mental y emocional se daña, nuestra salud física también.

Hay que dejar de sufrir por amor cuando nos hace dependientes de la droga del amor, nos aísla y nos pone sumisas, como quiere el patriarcado. Nos vuelve zombies, nos amarga la vida, nos hace perder tiempo, con lo corta que es la vida.

¿Queréis mas razones para convenceros de lo importante que es no sufrir por amor?

Nos sobran los motivos: tenemos que dejar de despilfarrar tiempo y energías en relaciones que no funcionan y no nos hacen felices. Mejor si es desde el principio.
Cuanto antes te liberes, mejor.
Cuando una se libera, nos liberamos todas.

#LoRománticoEsPolítico #MujeresQueYaNoSufrenPorAmor #AutocuidadoFeminista


En librerías y en la web de Catarata:
https://www.catarata.org/libro/mujeres-que-ya-no-sufren-por-amor_80398/

13 de octubre de 2018

Reflexiones sobre la Guerra Mundial contra las Mujeres


The Conquest of Natureby Eugenia Loli (178) The Old Reader



Brasil: una mujer asesinada cada 2 horas.
México: una mujer asesinada cada 3 horas.
Colombia: una mujer asesinada cada 9 horas.
Argentina: una mujer asesinada cada 34 horas.
El Salvador: una cada día.
Venezuela: una cada 2 días.
República Dominicana: una cada 3 días.

Multipliquen las horas, los días y los meses para echar cuentas de la cantidad de mujeres asesinadas por el terror machista. Y luego les invito a leer sobre la cantidad de violaciones, desapariciones, secuestros, agresiones y abusos sexuales, acoso callejero y laboral que sufren las mujeres y las niñas en América Latina. Sus agresores y asesinos son hombres: maridos, novios, pretendientes, ex novios. Las matan en casa, y nadie lo ve. La prensa te cuenta que el asesino la amaba.

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La Guerra Mundial contra las mujeres y las niñas es la guerra más larga de la Historia de la Humanidad. También es la más cruel, porque sólo hay un ejército, no dos. Los soldados del patriarcado matan, esclavizan, violan, torturan y maltratan a la mitad de la población, que está desarmada. La Resistencia feminista lucha desde posiciones pacifistas, sacando a miles de mujeres a las calles cada 25 de Noviembre en todo el planeta. No lo leerás en los libros de Historia ni en los de texto.


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#DesdeEuropaNoLoVéis: a mi me pasó también, así que entiendo que le pase a tanta gente. Yo había leído mucho sobre feminismo y estaba muy concienciada, pero cuando emigré a América Latina, me quedé horrorizada. Cuando estás en Europa, es fácil que te hagan creer que las mujeres tienen ya todos sus derechos y que la desigualdad está en los salarios, y en los altos puestos directivos, y poco más, porque en los medios apenas te cuentan lo que pasa en el mundo.

Pero cuando vienes acá, te encuentras con una realidad brutal. El nivel de machismo y de violencia en este continente es espantoso: salir a la calle para cualquier mujer es un peligro en la mayor parte de los países. Pero estar en casa, también: es el espacio en el que más violaciones, secuestros, torturas y asesinatos hay.

Si en España matan a una mujer una vez a la semana, aquí en América los machistas matan a doce al día. Si en España se denuncia una violación cada 8 horas, aquí es cada diez minutos, más todas las que no se denuncian. La cantidad de niñas violadas, embarazadas y obligadas a ser madres es demencial: es una tortura sistemática, diaria, llena de crueldad. Estamos hablando de miles, millones de niñas, desde la Patagonia hasta la frontera con Estados Unidos. Si en España las mujeres son precarias, aquí son pobres y extremadamente pobres.

Cualquier cifra que uses para explicar la violencia machista, en Centroamérica y México se multiplica por cien: aquí la guerra contra las mujeres es un genocidio. Mujeres descuartizadas, quemadas vivas, empaladas, degolladas, violadas en grupo hasta la hemorragia mortal, asesinadas con machetes, martillos, bates de béisbol, cuchillos, asfixiadas, o asesinadas a golpes. Aquí la impunidad es casi total, sobre todo en países como México. Los hombres trafican con mujeres para llevarlas a Europa y a Estados Unidos como si fueran ganado, desaparecen cientos de mujeres al año, y la justicia no actúa. No estamos seguras en los taxis, ni en el metro, ni en las calles, ni en el campo, ni en la casa. Es un verdadero infierno.

Entiendo que hay gente que cree que las feministas somos unas exageradas, pero ya es hora de que entendáis vosotros que Europa es una isla de bienestar desde la que no se aprecia la guerra contra las mujeres, no se percibe el cambio climático con tanta violencia, no se ve la pobreza extrema, ni el inmenso poder de las iglesias fundamentalistas. Mi consejo es que abráis los ojos, leáis mucho, y viajéis para abrir horizontes en vuestras mentes: la realidad fuera de vuestras islas es terrible, especialmente para las mujeres y niñas de Asia, África, India, China, y América Latina. Seguir negando el patriarcado y el femicidio mundial es un crimen: nos están matando, todos los días, a todas horas. Hay que visibilizar esta guerra, y visibilizar a las mujeres que luchan para acabar con ella, las heroínas del siglo XXI, las que están poniendo sus cuerpos y sus vidas para parar esta locura, pero no las ves porque para los medios de tu país no existen. Pienso que invisibilizar, minimizar o negar esta guerra es como negar el Holocausto, definitivamente. No es ignorancia, es maldad.

#AbreLosOjos #FeminismoOBarbarie #StopFemicidios #TerrorismoMachista #StopGuerraContraLasMujeres #AbajoElPatriarcado


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La Guerra mundial contra las mujeres y las niñas es una de las guerras más monstruosas y largas de la Historia de la Humanidad. No se habla de ella y no hay nadie con quien reunirse para pedir la paz, y mientras se acusa a las feministas de ser violentas, cada día los hombres nos matan, nos secuestran, nos esclavizan, nos violan y nos torturan en todos los paises del mundo.

En México cada 40 minutos un hombre viola a una mujer (sólo hablamos de las violaciones denunciadas). Cada 7 horas uno de ellos mata a una mujer, es decir, 3 o 4 personas asesinadas al día.

Es un genocidio lento y constante, en la que están implicados muchos hombres: policías, jueces, periodistas, y todos los que colaboran con el patriarcado para justificar la misoginia, cosificar a las mujeres, romantizar la violencia, negar la guerra, y culpabilizar a las víctimas. Son muchos soldados, y entre ellos no hay bajas, ni heridos, ni presos.

Nosotras estamos luchando desarmadas frente a unos enemigos armados hasta los dientes, nuestra única defensa es el feminismo

#ElOdioContraLasMujeres #LaGuerraMundialContraLasMujeres

Coral Herrera Gómez



Datos sobre la violencia contra las mujeres y las niñas en el mundo:

https://www.cepal.org/es/publicaciones/5826-estudio-la-informacion-la-violencia-la-mujer-america-latina-caribe

http://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/facts-and-figures

https://www.fidh.org/es/temas/derechos-de-las-mujeres/8-de-marzo-de-2018-dia-internacional-de-lucha-por-los-derechos-de-las

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-37828573


11 de octubre de 2018

El machismo se transmite por vía paterna

Los niños no se hacen machistas por culpa de sus madres, sino de sus padres. 

Ellos son el ejemplo a seguir para sus hijos varones, su primera figura de referencia masculina. Los niños en sus primeras etapas aprenden por imitación: de ellos aprenden cómo son los hombres, cómo tratan a las mujeres, y viéndolos aprenden a comportarse como reyes con siervas. Incluso cuando son padres ausentes, su ausencia les enseña a ser hombres y a ser padres, por eso el mundo va como va, y por eso la masculinidad sigue siendo frágil, insegura y violenta. 

Dejen ya de echarle la culpa a las mujeres: los principales transmisores del patriarcado son los padres, los abuelos y todos los hombres de la familia. 

#Hombres #Masculinidades #Paternidad #Patriarcado

8 de octubre de 2018

¿Por qué los hombres no entienden que "no" es "no"?




¿Por qué los hombres no entienden que "no" es "no"? En este post explico el cambio que hemos experimentado en las formas de iniciar el cortejo y empezar una relación: antiguamente las mujeres tenían que decir siempre que no, hacerse las difíciles, y hacer como que cedían sin quererlo. 

Era un sistema muy complejo porque se jugaban mucho si decían que sí: ellas tenían que "ganarse el respeto" de los hombres y parecer mujeres "decentes". Ahora en cambio, nos importa poco si parecemos o no decentes, ahora elegimos con quien queremos estar o si preferimos estar solas, somos libres para decir si o para decir no, y todo es mucho más sencillo que antes: cuando decimos si, es si, y cuando decimos no, es no. 


Gracias al feminismo, sabemos que todas nosotras podemos decir que no en cualquier momento de nuestras vidas, que tenemos derecho a vivir una vida libre de acoso y de violencia, y que merecemos el respeto de todo el mundo sin tener que ganárnoslo, sólo porque somos personas. 


Así que tomad nota, compañeros: insistir no es romántico. Si decimos No, es No. Y no hay nada que puedas hacer: si no hay deseo, si no hay ganas, si te dicen que no, es que no. 

Y punto.


La evolución del “No es No”

En la época de mi abuela, a principios del siglo XX, las mujeres tenían que “hacer como si no” para mantener su reputación de mujeres respetables. Si les gustaba un chico, tenían que disimular y esperar a que él se acercase. Si él se acercaba, tenía que hacerse “la dura”, y “hacer como que” no quería ser cortejada, para que él insistiese.

El deber de los hombres era esforzarse a ver si alguna cedía. También insistía para  probar a las mujeres que pretendía. Ellos tenían que parecer muy interesados, y muy comprometidos, aunque no fuera cierto. Las mujeres sólo podían dejar acercarse a aquel que quisiese casarse con ellas, y no podían relacionarse con otros hombres para mantener siempre su imagen de mujer virgen.

Se jugaban mucho las mujeres en esto: no podían acceder a besarse o a ir más allá de los besos porque la peor amenaza para ellas era quedarse solteras, y señaladas como mujeres fáciles. Así que, quisieran o no, tenían que hacerse las difíciles, reprimir su deseo, frenar el deseo del otro, y asumir que su vida sexual sería nula hasta el día de la boda, mientras que ellos se desahogaban por otro lado. Las que cedían a la tentación sabían cuál era el castigo: embarazo antes del matrimonio, y chico que huye despavorido porque no quiere casarse con una mujer fácil.

Esta doble moral es lo que hace que las mujeres en lugar de decir Sí, tuvieran que decir No, y resistir todo lo posible para no caer en los brazos del hombre que la deseaba y al que deseaba. Porque un buen polvo podría acabar para siempre con todo, y ser soltera en un mundo en el que las mujeres solo podían trabajar en el campo, era una condena a la pobreza y a la soledad.

Después, cuando la mujer había resistido como una campeona y había logrado el compromiso matrimonial, se encontraba con que tenía que seguir un poco en las mismas, porque los hombres desconfían de las mujeres que disfrutan mucho del sexo. Tenía que parecer como que cumplían con su obligación, que disfrutaban porque el macho era poderoso, pero no demasiado para no parecer una mujer indecente. Entonces el No a veces era No, y a veces era Si, pero resultaba complicado para los hombres entenderlo, y más teniendo en cuenta que para ellos las mujeres eran cosas, y estaban ahí disponibles para ellos. El acoso sexual estaba romantizado, y sigue estándolo en las películas: el insistente siempre acaba logrando su objetivo, derribando los muros de la princesa que se resistía al amor con su paciencia y perseverancia.

Hoy en día las cosas han cambiado mucho. 

Ahora las mujeres ya podemos decir No cuando queremos decir que No. Pero los hombres siguen sin entender ni asumir el No y el rechazo en alguien que se supone que “en el fondo” lo está deseando. Hemos vivido muchos siglos en esa doble moral que nos hace a las mujeres tener que estar siempre disponibles a los reclamos del macho pareciendo que no queremos hacerlo, pero queriéndolo mucho. Muy en “el fondo”.

Ahora cuando queremos hacer el amor decimos Sí, o lo proponemos, sutil o abiertamente. Y cuando decimos No, es que no queremos.

Lo explicamos una y otra vez, pero en el imaginario patriarcal persiste la idea de que a las mujeres cuando nos fuerzan, “en el fondo” estamos disfrutando. Piensan que nos gustan las violaciones, pero hacemos como que no para no parecer ninfómanas. Piensan que lo que queremos las mujeres es hacernos desear, y que basta con insistir. Piensan que  tenemos el Ego muy grande y necesitamos muchos piropos, pero que en realidad estamos deseando ceder y entregarnos a los reclamos sexuales o románticos del otro.

Sabiendo entonces de donde viene esta confusión, ahora ya podemos todos tenerlo claro: en el siglo XX cuando una mujer quiere tener relaciones contigo, las tiene, y las disfruta sintiéndose libre. Cuando una mujer no quiere tener relaciones contigo, no las tiene, y lo dice sin miedo y sin culpa: no quiere.

No quiere, y no querrá más adelante, y no te pide que te esfuerces para seducirla con el manual de las frases bonitas. 

No quiere, y punto. Es un ser humano libre como tú.

Es bien sencillo, sólo hay que respirar hondo y empezar el proceso de aceptación: no quiere, y no puedo hacer nada más que respetar que no quiere. Lo he intentado, me he mostrado interesado, pero me ha dicho que no quiere, y no tiene que darme más explicaciones: no quiere, y punto.

Si te fijas en el contexto, es fácil de entender por qué hay que creer a una mujer cuando dice que no.

Ahora no nos importa la reputación, elegimos con quién queremos acostarnos, con cuántos, y cómo queremos hacerlo. Elegimos si queremos pasar una noche loca o si queremos una relación duradera, elegimos cuánto dura esa relación, y ya no tenemos que parecer mujeres asexuales para que nos respeten.

No tenemos ninguna necesidad de ocultar que nos gusta el sexo y cómo nos gusta, ni con qué frecuencia lo practicamos, así que cuando queremos lo hacemos. 

Y cuando no queremos, no lo hacemos.

Y siendo todo tan simple, es más fácil entender que ahora todos somos libres para decir sí o no, para coquetear un rato o llegar al encuentro sexual si la cosa fluye, para parar cuando ya no nos apetece o cuando no estamos disfrutando. Y de este modo disfrutamos todos y todas: no hay confusión ni malentendidos posibles, no hay un doble discurso. No es no.

Queridos compañeros, no hay necesidad de perder el tiempo y las energías en alguien que no te corresponde. No hay por qué hacer el ridículo ni enfadarse: si no conectas con alguien, no hay por qué insistir. 

Ninguna mujer te debe nada: si le gustas, estará contigo, y si no le gustas, no.

Recuerda que si no hay reciprocidad , ninguna relación funciona. El sexo, los afectos y los cuidados, deben ser siempre mutuos. Si no son mutuos, son abuso, explotación y violencia. 


Coral Herrera Gómez 

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