15 de abril de 2012

Los mitos románticos en AVATAR




En Avatar se cambian los roles y la protagonista de la historia, la índigena  Neytiri le enseña al héroe a sobrevivir en Pandora. En la mayor parte de las películas, siempre son los hombres los que enseñan a las mujeres a superar sus miedos, su torpeza, sus debilidades; ellos son los que enseñan baile, artes marciales, filosofía, ciencia; ayudan a las mujeres a sobrevivir en la selva o el desierto, a saltar por los edificios de las ciudades, a trepar rascacielos o resolver problemas irresolubles. 

Por eso sorprende que en esta superproducción sea la hija del jefe la que enseñe al humano a cazar, a domar animales salvajes, a volar en los monstruos, a saltar entre los árboles, a confiar en sus capacidades, a aprender un idioma nuevo, a percibir la magia de la naturaleza y saber como interpretarla. 







Neytiri es una heroína inteligente, bella, valiente, diestra en el manejo de las armas, luchadora, sensible y además posee aún la niña que llevamos todos dentro. Su madre es la máxima autoridad en Pandora, una especie de chamana con poder político, y su padre es el jefe guerrero. De ambos hereda esa capacidad de liderazgo, y aunque no lidera la batalla final contra los humanos (pues asumen el cargo el avatar de Jake y el heredero del jefe guerrero), ella es clave en la historia pues es la que salva la vida a los dos Jakes en el último momento, matando de un disparo certero al jefe de seguridad humano, el coronel Quaritch. 



En Avatar contrastan de un modo muy visible los mundos de ambos bandos. Los humanos tienen un sistema patriarcal liderado por el empresario y el militar; en este grupo destacan dos mujeres: la piloto de combate que se rebela contra la crueldad militar, y la científica, que representa la naturaleza y la paz frente a la codicia capitalista humana. 



Los na´vi , en cambio, constituyen una sociedad cazadora igualitaria en el que mujeres y hombres asumen los mismos roles y en el que los niños se crían en extensas familias.



Todo bien hasta que el avatar de Jake es reconocido como miembro del clan Omaticaya. Entonces James Cameron reproduce el habitual diálogo romántico al que Disney nos tiene tan acostumbradas: Neytiri le dice a Jake que puede elegir esposa, y pone morritos de princesita triste, mientras enumera con humildad a otras mujeres que cazan y cantan de maravilla y pestañea seductoramente como una niña angelical. 



Él le dice a ella, ya he elegido y eres tú, con toda la ternura romántica posible. "Pero también tienes que elegirme tú a mí". Con esta frase, Jake evidencia que en su planeta la gente se elige mutuamente, que no hay posesión en la unión. Entonces ambos se funden en un hermoso beso, felices porque la unión de parejas en Pandora es "para siempre". Y por eso aquí tenemos la reproducción del mito romántico occidental aplicado al mundo amoroso extraterrestre: el mito de la pareja monogámica como quintaesencia de la felicidad, como promesa de presente y futuro, para toda la eternidad.



Con lo buena que es la película desde esta perspectiva de género, es una pena que a la hora de contar como son las relaciones amorosas en otro planeta Cameron y los suyos no hayan empleado la misma cantidad de energía que emplearon para crear un mundo nuevo. Avatar derrocha talento e imaginación por todos lados, desde el guión hasta las creaciones virtuales, por eso creo que podrían haber imaginado también otras formas de organización sexual, afectiva y amorosa entre los habitantes de Pandora. Sobre todo porque no queda bien esa postura sumisa de ella ante él cuando en el resto de la película parecen estar construyendo una relación igualitaria tan hermosa, repleta de lealtad, simpatía, complicidad y ayuda mutua.



Después de esa escena romántica, Neytiri pasa de ser una compañera, a ser la esposa elegida por el héroe. Pero ya se sabe lo que es la industria americana: humanizan a los na´vi para que empaticemos con ellos, para que nos identifiquemos con los anhelos de los protagonistas, para que nos vayamos del cine pensando en lo felices que van a ser Jake y Neytiri para siempre. 









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Coral Herrera Gómez Blog

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