27 de enero de 2009

CITAS MISÓGINAS





Es impresionante la de chistes, refranes, citas y frases misóginas que circulan por el espacio social en forma de humor o de autoridad incuestionable. 

Enfada leer a hombres sabios misóginos que han aportado, transformado y moldeado la cultura occidental a lo largo de los siglos.... pero también es impresionante la cantidad de mujeres que se han subordinado al dominio masculino, se han autodenigrado, han despreciado a sus semejantes humanas y se hayan aprovechado de su condición de víctimas para obtener ventajas.

Impresionante, en general, el enorme peso del patriarcado en nuestra cultura occidental....

Como podeis ver, a las mujeres se las ha tachado siempre de inútiles, ignorantes, infantiles, malvadas, codiciosas, rebeldes, irracionales, caprichosas, viciosas, cotillas, etc. y siempre se las ha comparado con los animales o las fuerzas de Satán...

Menos mal que los tiempos cambian... aunque sea muy poco a poco. Hoy en día está muy mal visto desde el punto de vista políticamente correcto decir cosas como estas:


"La mujer es, reconozcámoslo, un animal inepto y estúpido, aunque agradable y gracioso". 
Erasmo de Rotterdam

"La hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades". 
Aristóteles, filósofo griego.

"De todos modos casáos, si dais con una buena esposa seréis felices, si dais con una mala llegaréis a ser filósofos". Sócrates

"¿Qué es la mujer? Confundimiento del hombre, bestia que nunca se harta, cuidado que no tiene fin, guerra que nunca queda, peligro del hombre que no tiene en sí mesura."
Alfonso X el Sabio. Primera Crónica General, c. 1272 [p. 73]

"El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el principio activo de la procreación, mientras que la madre es tan sólo el principio pasivo". 
Santo Tomás de Aquino.

"La mujer es un manjar digno de los dioses, pero a veces lo guisa el Diablo". Shakespeare.

“Toda la educación de las mujeres debe girar en torno a los hombres. Gustarles, serles de utilidad, propiciar que las amen y honren, educarlos cuando son jóvenes, cuidarlos de mayores, aconsejarles, consolarlos, hacer que la vida les resulte agradable y grata, tales son los deberes de las mujeres en todos los tiempos”, 
Jean Jacques Rosseau en Émile

"Por muchas razones, no es bueno que la mujer estudie y sepa tanto". 
Molière

“La meditación profunda y el examen prolongado son nobles pero pesados (para ellas) El estudio trabajoso y la reflexión penosa, aunque la mujer fuese lejos en ello, borran los méritos peculiares de su sexo” 
Immanuel Kant, filósofo.

"Las mujeres están para ser gustadas. Después, unas se dejan, otras no... Eso ya va por provincias". Camilo José Cela.

"A causa de la debilidad mental el psiquismo femenino tiene muchos puntos de contacto con el infantil y el animal." 
Antonio Vallejo-Nájera. 1938 

"La mujer en estado de naturaleza es la prostituta." 
Edmundo González Blanco. La mujer según los diferentes aspectos de su espiritualidad. 1930 

"Se ha tratado de emancipar a la mujer, una idea hermosa, es cierto; lo han conseguido en parte y han hecho de la mujer una cosa rara, que fuma, enseña las pantorrillas, habla de arte y no quiere hacer chicos. Creo que serían más agradables las mujeres de hace trescientos años."
Pío Baroja. Crónica sentimental. 1902

"¿Qué cosa es, yo te ruego, la mujer, sino una despojadora de la juventud, muerte de los viejos, consumadora del patrimonio y bienes, destrucción de la honra, vianda del diablo, puerta de la muerte, hinchamiento del infierno?" 
Luis de Lucena. Repetición de amores.

"Yo la quiero muy tonta, / que en todo tema / mucho mejor es tonta / que bachillera."
Antonio Muñoz.

"Y, puestos a elegir, preferimos a aquella callada y silenciosa, que nos considera maestros de su vida y acepta el consejo y la lección con a humildad de quien se sabe inferior en talento."
José Juanes. Medina]

"Si las mujeres no existieran, el dinero no tendría ningún sentido". 
Aristóteles Onassis, multimillonario.

"A las mujeres les gustan los hombres desesperados; si no los encuentran, los hacen". Leon Daudi.


"La única manera de comportarse con una mujer es haciendo el amor con ella si es hermosa y, si no lo es, haciéndolo con otra". 
Oscar Wilde







CITAS MISÓGINAS POR MUJERES:



"Soy mujer y aborrezco a todas las que pretenden ser inteligentes, igualándose a los hombres, pues lo creo impropio de nuestro sexo." 

María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV. 1804 

"El juicio en la mujer es una cualidad tan rara como la sensibilidad en un hombre."
Carolina Coronado. 

"La instrucción de la mujer debe estar reducida únicamente a sentir, amar a su esposo y a sus hijos y a saber educar a sus hijas para que sean lo que ellas deben ser: buenas esposa y buenas madres. María del Pilar Sinués. El ángel del hogar. 1859 

"¡Ah!, no seré yo la que clame por la emancipación de la mujer; no seré yo quien apoye con mi pluma la independencia del sexo, por la que abogan algunas ilusas soñadoras sin fe y sin creencias. El matrimonio es el árbol sagrado que nos cobija; bendito sea su amoroso yugo, que nos da la dicha; bendita sea la autoridad marital, que protege y ampara nuestra débil naturaleza, nuestra inexperta juventud. El someterse al imperio del marido no degrada, no rebaja ni abate el orgullo ni las atribuciones de la mujer, antes es una gloria."Faustina Sáez de Melgar. Deberes de la mujer: colección de artículos sobre la educación. 1866 

"Las mujeres nunca descubren nada. Les falta, desde luego, el talento creador reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer nada más que interpretar mejor o peor lo que los hombres han hecho." 
Pilar Primo de Rivera. Primer Congreso Nacional del SEM. 1943 



Artículos relacionados: 

CITAS FEMINISTAS

3 de enero de 2009

PASALÓ


Estaba consultando la página web de la editorial Traficantes de Sueños cuando he visto el libro:
"¡Pásalo! Relatos y análisis sobre el 11-M y los días que le siguieron", Traficantes de Sueños, Madrid, 2005.

El libro me lo leí hace un año y me quedé de piedra cuando vi que entre tantos relatos del 11M, habían incluido el mío. Lo escribí el 14 de Marzo presa de la emoción, y lo mandé a todos mis contactos, y voló por Barcelona, Sevilla, Madrid, Almería, Ourense, Donosti, Buenos Aires, Méjico… mi madre también lo distribuyó por la red desde su oficina, y con la colaboración de todo el mundo, a amigos míos les llegó el relato-reportaje por otros amigos, y fue entonces
cuando me fascinó y me cautivó del todo Internet, porque yo, que siempre había querido ser escritora, logré escribir un texto que leyeron cientos de personas, que colgaron en www.nodo50.org, y que luego publicaron en este libro. No lo firmé porque al lanzarlo a la red entendía que estaba expresando un sentir colectivo; que el texto lo podría haber escrito cualquiera. Y la lectura del libro lo confirmó, porque había montones de relatos… de gente que plasmó en letras su inquietud, su rabia, su miedo, su tristeza, su ahogo, y sus vivencias… Pero al leer mi artículo pues me di cuenta de que se notaba que era yo, y comprendí por qué nadie se lo había atribuido, por qué nadie había intentado apropiárselo; porque era una vivencia personal, de modo que me alegró mucho haberlo escrito yo, y por eso ahora me atrevo a afirmar su autoría y les posteo el texto en este mi espacio … porque me siento muy orgullosa de él, por todo lo que volqué en él, y por su dimensión global o internacional… Así que aquí va:

"PASALÓ. Así terminaba el mensaje que recibí en torno a las tres de la tarde anunciando una concentración silenciosa por la verdad frente a la sede del PP en la calle Génova. Así comenzaba algo que con el paso de las horas iba difundiéndose minuto a minuto. Por cada mensaje que la gente recibía, se enviaban diez, quince, veinte mensajes más. Hubo gente que recibió hasta diez mensajes de grupos de gente diferente: familia, trabajo, lugar de estudios, gente del colegio, del barrio, y esos mensajes se multiplicaron hasta el infinito, propagándose como las llamas de un
incendio por efecto del viento. A las seis de la tarde un despliegue policial protegía la sede del partido y sus efectivos pedían la documentación a todo manifestante que llegaba. Media hora después, sin embargo, la concurrencia de tantos madrileños sobrepasó la capacidad policial y una hora más tarde la calle Génova era un hervidero de gente gritando de rabia y pidiendo explicaciones al gobierno de la nación. Había gente que lloraba, otros expresaban su indignación a gritos, "mentirosos, asesinos, te dijimos no a la guerra; vuestra guerra, nuestros muertos; no estamos todos, faltan doscientos; mentirosos, vosotros tenéis chófer, nosotros cercanías; lo sabe todo el mundo menos nosotros; los muertos no se utilizan, basta de manipulación, y queremos salir en La Primera".

La prensa que se encontraba tras el cordón policial era mayoritariamente extranjera, y había un gran despliegue de antenas parabólicas de cadenas televisivas europeas. De las calles adyacentes y bocas del metro salía cada vez más gente de todas las edades y razas que se unían a la concentración, que de silenciosa al final no tuvo casi nada porque se nos hacía difícil permanecer callados cuando se pretendía celebrar un minuto de silencio. Siempre alguien lo rompía con algún grito: "mentirosos", "asesinos". Las lágrimas y la indignación se propagaban de igual modo que la información. La gente estaba pegada a sus transistores y los móviles sonaban sin parar para transmitir información a la gente, que a su vez propagaba las noticias, que corrían de boca en boca. Cuando Rajoy declaró a los medios que la concentración era ilegal e ilegítima, y
acusó a sectores del PSOE de haberla organizado, la multitud rugió y contestó: “nos han convocado los asesinados”, y “la voz del pueblo no es ilegal”. Cómo íbamos a ser ilegales, cuando el gobierno seguía mintiendo, ocultando información y violando los derechos más elementales del pueblo: el derecho a la libertad de expresión y al derecho a la información. Y mientras, en TVE 1, ponían Cine de Barrio.

En Génova pasaban las horas y los ánimos se iban encendiendo cada vez más. Seguía llegando gente, y no se veían banderas de partidos políticos ni sindicatos. Sólo pancartas improvisadas con cartones y bolígrafos. Tampoco la gente cantaba; todo eran gritos de dolor e indignación. El jefe antidisturbios confesaba a un reportero de la SER que no podían disolver la concentración por la fuerza porque eramos ya más de 5 mil personas y no era cuestión de cargar contra la muchedumbre donde había ancianos y niños. Cada vez que algún miembro de la sede se asomaba a la ventana la gente rugía y pedía la verdad, y mientras, seguían llegando noticias de concentraciones espontáneas en todas las ciudades de España. Las nueve de la noche y nadie se movía de allí, pese al frío. Nos llegó una nota que circulaba en manos de todo el mundo: "A las doce en sol. Pasaló".

De pronto otra noticia que se propaga entre la gente: dos hindúes y tres marroquíes detenidos por su relación con los supuestos asesinos en Lavapiés. Los servicios de inteligencia por un lado y el gobierno por otro. Españoles en el extranjero, amigos de todos los puntos del planeta seguían mandando noticias de las principales cadenas televisivas del mundo: Bush lamenta que el apoyo de España a su guerra contra Irak haya tenido estas consecuencias para Madrid.
En cambio, el gobierno no lo lamenta, sino que oculta toda la información y llama a la calma, e insiste en que en la jornada de reflexión el pueblo no puede salir a la calle para expresarse. Rugimos más aún: "no nos vamos, sal al balcón, da la cara, PP responsable, PP culpable, vuestra guerra, nuestros muertos, Vosotros tenéis chófer, nosotros Cercanías, vosotros, fascistas, sois los terroristas". Diez de la noche y la gente sale hacia Sol tomando las calles sin permiso.

Yo me voy a Lavapiés para cenar un poco y ponerme algo de abrigo porque ya no siento las manos del frío. La plaza está vacía, y al llegar a la calle Cabeza nos encontramos con una chica joven que, en la puerta de su casa, aporrea una cacerola con la cabeza alta y el semblante grave. Tímidamente salen a los balcones vecinos que salen a aporrear las cacerolas. Primero es un suave tintineo, después comienzan a abrirse los balcones de todas las calles y comienza un zumbido ensordecedor que se expande por todo el barrio. Bajamos a la plaza, que comienza a llenarse de gente que aporrea sus cacerolas, sartenes e instrumentos con fuerza. Aparece una cámara de televisión alemana, mientras la plaza y las calles están llenas de gente protestando sin palabras, y en un momento precioso hasta parece que seguimos todos el mismo ritmo. Un ritmo fúnebre y contundente, seco, duro, lleno de rabia y solemnidad. Y marchamos todos hacia Sol, donde ni siquiera podemos entrar porque Madrid está en la calle. Siguen volando las noticias, siguen multiplicándose los mensajes de solidaridad con las protestas de otras ciudades, siguen propagándose las noticias. La policía ha cargado contra la gente en Zaragoza y en Barcelona. Están estudiando suspender las elecciones, ha aparecido en manos del PP, de repente, un
vídeo en el que Al Quaeda reivindica el atentado, y la gente comenta asombrada e indignada que no salimos en los medios. En la SER comentan que pese a la toma de las calles por parte de la ciudadanía, no van a seguir retransmitiendo para mantener la calma y no calentar los ánimos. La censura del siglo XXI; la autocensura. Las cámaras, los micrófonos, y las luces desaparecen; solo quedan los reporteros alemanes que trabajan a destajo, y nosotros gritando, y todas las calles que desembocan en Sol colapsadas. No hay banderas, no hay partidos, no hay magnetófonos, no hay organizadores, no hay órdenes. La multitud avanza espontáneamente hacia Atocha y la policía se retira discretamente. La calle es nuestra y caminamos por donde queremos, cortando el tráfico. Nadie rompe cristales, nadie destroza el mobiliario urbano, Madrid avanza cívicamente y Ansuátegui ordena invisibilidad. La policía apaga las sirenas, y las lecheras apenas son percibidas. “Veniros con nosotros”, grita alguno a los uniformados, que no se atreven ni a mirarnos a los ojos. La rabia está en el grito, en las palabras. La gente exige que el gobierno informe, que los medios informen, la gente exige que el gobierno asuma su responsabilidad, y que deje de mentir a un país entero, que a través de internet y los teléfonos móviles va conectándose con el mundo entero. Los medios nacionales ningunean la protesta y dejan claro de qué lado están. La gente alza sus móviles para que los que escuchan al otro lado perciban el ambiente que hay en Madrid. Más de medio millón de personas bajan hacia Atocha por la calle del Prado y por la calle Atocha. Y circula otro papel: a las dos en
punto cinco minutos de silencio. Pasaló.

Todos al suelo. Silencio sepulcral. No hay cámaras. Miles de velas encendidas. Gente que llora. Se rompe el silencio con un grito lleno de orgullo: ¡Viva Madrid!, Madrid antifascista, y todos gritamos, "viva, viva Madrid. Aznar escucha, el pueblo está en lucha", y las riadas humanas avanzan hacia el Congreso. En la radio solo se oye música y resúmenes del partido del Real Madrid. Las voces ya cascadas por el paso de las horas, los pies doloridos, y no hay miedo, no hay policía, solo el helicóptero rugiendo encima de nuestras cabezas, y una sensación de euforia al ver que somos tantos, que somos incontables. “También estuvimos en la manifestación de ayer”, decían algunos cartones a modo de pancarta. Frente al congreso, las lecheras protegiendo el recinto sagrado donde unos cuantos toman las decisiones sin preguntar. La gente vuelve a gritar, dijimos no a la guerra, dijimos no a la guerra, vuestra guerra, nuestros muertos, un pozo de petróleo por un pozo de sangre, embushteros, tve= nodo, urdaci nazi, queremos la verdad".

Pasamos el congreso, llegamos a la Gran Vía, seguimos por Hortaleza. La gente sale de los bares, los pubs y las discotecas. Unos se unen, otros provocan preguntando qué pasa y por qué tomamos las calles, y Madrid avanza imparable bajo la atenta mirada del helicóptero. Los porteros de las discotecas desde las que sale música evasiva y alegre nos miran alucinados, tratando de proteger los imperios del alcohol y la música entretenida. Llegamos a la sede del PP de nuevo, y la gente, pese al cansancio, sigue aullando. Cuatro, cinco de la mañana, y la gente grita hoy protestamos, mañana os cesamos, a la hora de votar se tiene que notar, asesinos, mentirosos.

Agotada regreso a casa. En Sol hay cientos de velas encendidas, y decenas de ramos de flores y carteles, cartas, gritos de papel donde la gente demuestra su solidaridad y su cariño. La gente se arrodilla, enciende más velas, y todo está en silencio. Siguen las pancartas colgando de todos los rincones de la Puerta del Sol; los servicios de limpieza esta vez respetan el dolor de una ciudad entera que llora a sus muertos. Banderas de todas partes del mundo, y escritos en árabe,
no al terrorismo, PP responde, mensajes de las familias de los fallecidos, basta de horror, queremos la verdad, televisión manipulación, y cuatro mendigos apoyados contra la pared, rodeados de velas, en silencio. El pueblo llora, el gobierno miente. Lucía no te olvidaremos nunca. Papá te quiero. Esta no es nuestra guerra. Agotada, no puedo ni moverme de allí. Porque si la gente expresaba la rabia ante la mentira en la calle Génova, allí se concentra el dolor, el silencio, velas encendidas y flores congeladas del frío que hace.

Esto es lo que sucedió en Madrid la víspera de las elecciones. Y si en los medios no se quiso recoger esta toma de las calles por parte del pueblo madrileño, por lo menos que se difunda por la Red lo que pretende ser acallado y ocultado. Porque algo ha cambiado desde anoche: ya no tenemos miedo. Ni en Madrid, ni en el resto de las ciudades, ni los pueblos. No necesitamos partidos políticos que organicen manifestaciones: ya sabemos que internet y los móviles cuentan lo que no cuentan los medios oficiales, y ya sabemos que tenemos una herramienta de comunicación, la del boca a boca, para expresarnos. Se nos han negado los derechos fundamentales que reconoce nuestra Constitución, y el pueblo ha pagado caro la incursión de su gobierno en una guerra por petróleo. Un pueblo que nunca ha tenido problemas con el mundo árabe, un pueblo que se indigna ante la mentira y los insultos del candidato a la presidencia de España. Madrid demostró que está llena de gente de todas las nacionalidades, edades y condiciones sociales que son sensibles, y que se niegan a un uso partidista de las víctimas... Anoche se expresó la verdadera democracia, la de la soberanía del pueblo, en la que la gente
pedía la verdad y se expresaba libremente. Pasaló".

Coral Herrera Gómez

Por si queréis consultar la página:

http://www.xn--traficantesdesueos-20b.net/

2 de enero de 2009

GRUPOS MASCULINOS



Estoy investigando acerca de los grupos de autoconciencia de hombres para mi tesis doctoral. Es un movimiento que nació a partir de la revolución sexual de los 70 y del movimiento feminista; primero nacieron los grupos de autoconciencia femeninos y después se lanzaron ellos. Estos grupos nacieron como espacio de reflexión acerca del género masculino y las masculinidades; después se desarrolló como un movimiento antipatriarcal y profeminista

Los primeros grupos de hombres surgieron en los países escandinavos y en Estados Unidos -especialmente en California, a la vez que se desarrollaban los Men's Studies en el campo de la sociología, la psicología, la psquiatria, la antropología, etc. En poco tiempo, el movimiento se extendió por diversos países de América y Europa. En la actualidad, además de en los países de origen, existen grupos de hombres en Canadá, Inglaterra, Australia y algunos países de Latinoamérica, como Chile, Nicaragua, Guatemala o México.

En España los primeros grupos de hombres surgen en Valencia y Sevilla en 1.985. En la actualidad no sólo existen numerosos grupos de hombres en diferentes ciudades, sino que además existen grupos masculinos que trabajan por la abolición de la prostitución, por el fin de la violencia sexista, por la igualdad de género y por la obtención de permisos de paternidad. Relacionado con estos grupos están también los hombres que quieren ejercer una paternidad activa tras el divorcio, que quieren ampliar el régimen de visitas tan exiguo que la ley les fija, que quieren que se respeten y amplíen sus derchos como padres. Algo está cambiando….

Los hombres quieren liberarse de las estructuras de opresión de igual modo que hemos querido hacerlo nosotras. Cuando se han sentado a hablar, han descubierto que ellos también han sido víctimas de las rígidas estructuras patriarcales que entienden la masculinidad desde un punto de vista único, hegemónico y tradicional. En la cúspide de esta jerarquía de masculinidades, se encuentra el hombre blanco, occidental, heterosexual, joven, viril, valiente, forzudo, de emociones contenidas y reprimidas y el cabeza de una familia numerosa donde su autoridad es incuestionable. ¿Y qué ocurre con los hombres ancianos, con los hombres enfermos, los hombres homosexuales, los hombres de otras razas, los hombres pobres?. La masculinidad tradicional y patriarcal entiende que un hombre no llora, que los hombres no deben expresar sus emociones, ni dejar ver su sensibilidad, ni por supuesto, parecerse en nada a las mujeres. Además, la masculinidad hegemónica no contempla otras masculinidades, otras formas de ser varón, y siempre reclama que el hombre demuestre permanentemente su condición viril; si le retan, habrá de pelearse, si le cuesitonan su autoridad en el marco familiar, deberá dejar claro "quién manda", si le ofenden habrá de reparar su honor…

El macho tradicional no se relaciona en espacios de mujeres, sino de hombres (vida social, vida laboral, deportes…), por lo tanto siempre teme a la mujer como lo diferente, lo misterioso, lo incomprensible. Y como la ternura, el amor, la generosidad, la entrega, el cuidado, la expresión de los afectos siempre se ha considerado algo femenino, los hombres antipatriarcales reivindican su derecho a deshacerse de esos imperativos culturales que les dicen cómo tienen que ser, cómo tienen que actuar, cómo tienen que relacionarse con el otro sexo. Estos hombres quieren proponer nuevas formas de masculinidad, quieren tener relaciones igualitarias con el sexo femenino, reivindican su derecho a disfrutar de su paternidad, quieren relacionarse con otros hombres y mujeres sobre la base de la confianza y la amistad profundas, quieren cambiar todos los roles que les fueron asignados nada más nacer sólo por pertenecer a un género, el masculino. Estos hombres reflexionan sobre sí mismos, sobre la creación cultural de los roles impuestos, y cómo transformarlos, reinventarlos, para echar abajo la guerra entre sexos. Son gente que quiere incrementar su capacidad de comunicarse para poder estar cerca de sus parejas, para poder involucrarse en la vida en común, compartir tareas domésticas y cuidado y educación de los hijos, quieren, en fin, un mundo más igualitario, justo y libre para tod@s. Desean la emancipación de la mujer porque sienten que con la de ellas, se incrementará la suya, porque se trata de liberarse a partes iguales, y poder disfrutar de esa libertad compartida.





http://www.hombresigualdad.com/
www.hombresabolicionistas.org
http://www.nodo50.org/prometeo/


Otros artículos: 

Hombres por la Igualdad








1 de enero de 2009

Entrevista con CONCHA LIAÑO



















El día que conocí a Concha Liaño, una de las protagonistas del feminismo anarquista durante la guerra civil española, me sentí la mujer más afortunada del mundo. Conchita vino a España en Noviembre del 2007 desde Venezuela, donde reside, para la celebración en Zaragoza del 70 aniversario de la fundación de Mujeres Libres, y estuvo asimismo en Valencia dando una charla en el Ateneo Libertario. 

Es una mujer de 91 años con una juventud en el cuerpo y un rostro lleno de vida que me impresionó mucho; y aún más cuando me puse a investigar sobre su trayectoria vital y la época en que vivió.

En 1936 un grupo de mujeres libertarias, entre ellas, Concha, crean la "Agrupación cultural femenina" en Barcelona. “Queríamos liberar a las mujeres, aunque no teníamos muy claro cómo desarrollar nuestra idea. En Madrid se creó la revista "Mujeres libres", que antes de la Guerra Civil ya había publicado tres números. Su objetivo era crear una organización nacional con el mismo objeto que perseguía la "Agrupación cultural femenina", es decir, la superación de la mujer. Mercedes Comaposada estaba en la revista y fue quien se puso en contacto con nosotras y nos ayudó a estructurarnos. Así fundamos la Federación Nacional de Mujeres Libres: con Soledad Estorach, Pepita Carpena, Sara Berenguer, Azucena Fernández. Antonia Fontanillas, María Jiménez, Pura Pérez, Suceso Portales y muchas otras. Con veinte años organicé, con la ayuda de Juventudes Libertarias, todos los grupos de la organización en la región catalana”.










   

El feminismo español anterior a MUJERES LIBRES estaba centrado en los derechos políticos, y en las mujeres de clase media, y apenas se prestaba atención a la explotación , la discriminación social, educativa y cultural que padecían las españolas obreras y campesinas.

Desde su fundación en 1910, la Confederación Nacional del Trabajo, C.N.T, había reconocido el derecho de las mujeres a su libertad económica y a un salario igual que el del hombre. Sin embargo, un significativo sector del anarquismo ibérico ve la lucha de MUJERES LIBRES con condescendencia, y como algo secundario. 

Ni que decir que fuera del ámbito ácrata, eran vistas como la expresión más acabada y pintoresca de la «locura anarquista".


Conchita dice: “Es muy doloroso reconocerlo y aún más manifestarlo, pero a nuestros "liberados" compañeros anarquistas que luchaban por la liberación del proletariado, se les escapaba en sus análisis que la mujer española, en cuanto obrera, sufría como ellos el yugo del capitalismo y aún peor: por el mismo trabajo percibía menor salario. (…) Nuestros compañeros no nos quisieron reconocer como rama femenina del Movimiento Libertario. Y esa actitud nos produjo mucho asombro y sentimiento. Nosotras, Mujeres Libres, le presentábamos a nuestro Movimiento una organización en bandeja de plata, y nos rechazaban (…) Pero en honor a la verdad, a fuerza de muchos ruegos (y algunas humillaciones enjuagadas por Soledad Estorach) la realidad es que económicamente nos ayudaron mucho. Poco importa que fuera con aquella actitud paternal de quien soporta los caprichos de un adolescente. A nuestro ruego, nos concedieron los inmuebles donde funcionaron comités regionales y locales”.


















A pesar del apoyo orgánico y la afluencia de activistas de CNT, FAI, Juventudes Libertarias, los Ateneos, desde el principio MUJERES LIBRES insistió en funcionar de modo autónomo pues se consideraba que sólo con la acción femenina autogestionada se podría adquirir la confianza y capacidad para participar como iguales a los hombres en la tarea de construir un mundo mejor. 

Esto se explicaba así en la revista Mujeres libres: «No luchamos contra los hombres, No pretendemos sustituir el dominio masculino por el femenino. Es necesario trabajar y luchar juntos pues si no nunca tendremos la revolución social. Pero necesitamos nuestra propia organización para luchar por nosotras mismas».





















Las acciones que llevaron a cabo MUJERES LIBRES fueron, entre otras, la organización de jornadas de agitación y propaganda, bibliotecas móviles y eventos culturales para resaltar el papel de las mujeres organizadas en el proceso hacia la revolución social; crearon y gestionaron guarderías y comedores populares, respondiendo a una reivindicación inmediata de las trabajadoras. 

En el área de salud, impulsó la creación de una Escuela de Enfermeras y el Instituto Materno-Infantil Louise Michel, ambos en Barcelona. La Ministra de Sanidad era Federica Montseny, a quien correspondería la paradójica circunstancia - para una anarquista - de ser la primera mujer en el mundo que ocupó una cartera ministerial.

También, junto con el ministerio de Sanidad, se trabajó en hacer funcionar los «liberatorios» de prostitución.
Además, el Movimiento contó con toda una base teórica feminista influenciada en parte por Emma Goldman, anarcofeminista que escribió numerosos libros, y que ellas expresaron en charlas, pasquines, folletos, revistas, etc.




















Concha lo sintetiza así:
“Nuestras aspiraciones como Movimiento femenino podrían resumirse así: Paridad de deberes, de responsabilidades y de derechos sin predominio del varón en ningún área. Que se reconociera y aceptara la voluntad de la mujer, su capacidad de decisión y el derecho a decidir. Conseguir la oportunidad de estudios superiores y empleo; a igual trabajo, igual salario. Que las mujeres cuya vocación no fuera doméstica tuviera las mismas facilidades que el hombre para buscar y obtener otras oportunidades que le permitieran conseguir su liberación económica. Completa igualación ante la ley y patria potestad de los hijos compartida, etc.”.























En cuanto a la educación, querían crear una escuela para la libertad a la que asistiesen juntos niñas y niños, iniciativa radical para la época en España. De la institución de la Familia criticaron su autoritarismo, jerarquización y el poder paternal. 


Toda esa lucha se vio truncada por el triunfo de los “rebeldes” fascistas de Franco, que condujo a estas mujeres a los pelotones de fusilamiento, al exilio, a volver a la situación contra la que se habían rebelado, o lo que tal vez fue peor, a un silencio que duró muchos años. 

Conchita marchó a Caracas, donde apenas se le conoce, y donde vive con su única hija. En España en cambio le llueven homenajes, le invitan a multitud de actos...

Vicente Aranda se inspiró en ella para el papel de una de las de su película “Libertarias”.






















Cuando era jovencita -dice- creía que la vida era un don precioso que había que aprovechar. Yo no sabía qué hacer para que cuando fuera vieja estuviera orgullosa de mí misma. Ahora sé que fui útil. Ver a las mujeres en la tele española tan hermosas, tan dispuestas, discutiendo, hablando, trabajando, me llena de orgullo. Siento que he contribuido a que tengan la libertad que disfrutan. Las veo y me alegro y salgo a la calle. Me acuerdo y me parece que floto. ¡Cónchole, que alegría! ¡Cuánto hemos logrado!».

A pesar de ello, Concha piensa que todavía queda mucho por hacer, y se siente orgullosa de ver cómo las mujeres siguen luchando contra la explotación doméstica, laboral, sexual y reproductiva, la violencia machista, los feminicidios, la mutilación genital, la lucha por el agua y la tierra, la reivindicación de la igualdad en el reparto de las tareas domésticas y de cuidados, y los derechos fundamentales de la mitad de la población humana.

Estar con Concha una semana entera en mi pueblo ha sido como un suelo. Viajar con ella al pasado ha sido un regalo de la vida. No solo porque hablamos de historia y discutimos de política, de su época y de la presente, de luchas y revoluciones. 

También nos contamos la vida, brindamos por los amores pasados, por las compañeras de lucha y por las libertades de las que disfrutamos. 

Concha ha vivido un siglo entero, y ahora vive como si no fuera a a morir nunca. La veo aquí en el siglo XXI y me doy cuenta de que es una mujer eterna, una heroína de carne y hueso, una mujer que luchó con sus compañeras por una utopía, un referente para todas nosotras. 


Coral Herrera Gómez















Mujeres Libres
"Puño en alto mujeres de Iberia
hacia horizontes preñados de luz
por rutas ardientes,
los pies en la tierra
la frente en lo azul.
Afirmando promesas de vida
desafiamos la tradición
modelemos la arcilla caliente
de un mundo que nace del dolor.
¡Qué el pasado se hunda en la nada!
¡qué nos importa el ayer!
Queremos escribir de nuevo
la palabra MUJER.
Puño en alto mujeres del mundo
hacia horizontes preñados de luz,
por rutas ardientes,
adelante, adelante,
de cara a la luz."

Himno de Mujeres libres.
Lucia Sánchez Saornil. Valencia, 1937.
















Bibliografía


- Liaño, Concha y otras: Mujeres Libres. Luchadoras libertarias, Madrid, Fundación Anselmo Lorenzo, 1999.

- Liaño, Concha: «Sobre Mujeres Libres», en EL LIBERTARIO, Caracas, 1999 (también en: Nash, Mary: Mujeres Libres. España 1936-1939, Barcelona, Tusquets, 1975).

- Quiñonero, Llum: “Nosotras que perdimos la paz”, Editorial: Foca, Ediciones y Distribuciones Generales S.L., 2005.

- Ackelsberg, Martha: “Mujeres Libres. El Anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres”, Barcelona, Virus, 1999.

Internet:





"Amores Diversos": Colección Digital El Rincón de Haika



























26 de octubre de 2008

El mito de la normalidad



Esta semana he estado dando clases en Donosti sobre la comunicación con discapacitados psíquicos y físicos. He estado todos los días pensando y hablando sobre los ciegos, los sordociegos, los autistas, los paralíticos cerebrales, los minusválidos, y toda la gente que ve seriamente dañada su autonomía por una deficiencia psíquica, sensorial o física. Hay casi 4 millones de discaspacitados en nuestro país... un número de gente, pues, como para ser tenido en cuenta.


Lo que más me impacta es que ellos perciben la realidad de otro modo, diferente al nuestro, y por tanto, la entienden de otro modo. La mayor parte de los discapacitados se comunica con el mundo de otra manera diferente a la nuestra; por ejemplo, a través de la comunicación no verbal. Ellos obtienen información sobre el mundo y sobre nosotros a través de nuestra postura, nuestra expresión facial, nuestra energía, nuestra velocidad al hablar, el tono de voz, la forma de tocarles, la manera de andar... perciben señales que para nosotros son generalmente inconscientes. Para nosotros, es difíci de entender la importancia que tiene para ellos un gesto cariñoso, un abrazo, una sonrisa o unas palabras amables. El simple contacto físico para ellos puede ser tranquilizador y calmante; tambien es importante para ellos sentirse valorados, y sobre todo que se les escuche. Son un colectivo sin voz, y a menudo a nosotros, los normales, nos cuesta ponernos en su lugar, empatizar con sus problemas de comunicación y las barreras (arquitectónicas, económicas, sociales) que encuentran a cada paso.


Para los ciegos, por ejemplo, no es fácil vivir en un mundo basado en la percepción visual y las imágenes. Para los autistas, es difícil comunicarse con nosotros porque sus códigos son relativamente diferentes a los nuestros, porque el tiempo para ellos transcurre a otra velocidad, porque su mente trabaja de modo diferente al nuestro. Muchos son muy inteligentes, pero tienen una pantalla entre su mundo interior y el exterior, y nosotros no podemos acceder, de modo que tratamos de que ellos nos entiendan a nosotros. Es como si habláramos los normales por una frecuencia de radio y los raros por otra, sin llegar a encontrarnos en la misma onda.


Nuestra cultura establece las pautas de la normalidad y todo lo que no se ajuste a ella es considerado anormal, desviado, retrasado, y por tanto, lo margina. Los grupos de poder, a través de las ideologías, imponen el concepto de lo que es normal y lo que no se ajusta a los cánones de lo normal, es decir, lo extraño, lo raro, lo diferente. La normalidad está asociada a los criterios que rigen las mayorías El concepto de lo que es normal, sin embargo, es subjetivo, y varía de cultura en cultura. Hay sociedades, por ejemplo, donde se piensa que los discapacitados psíquicos son gente especial, e incluso se les venera por considerar que están más cerca de la divinidad. En las culturas patriarcales, en cambio, a las niñas y los niños raros, deformes o enfermos se los asesinaba sin contemplaciones: el infanticidio sigue siendo una práctica común en gran parte de este planeta. Los raros siempre se han visto marginados en la cultura de la fuerza bruta, y de alguna manera han sido asociados a la locura, la delincuencia, la drogadicción, la enfermedad y la indigencia. Tener un raro en la familia siempre ha sido un tabú, un motivo de vergüenza y muchos de ellos han permanecido de por vida entre cuatro paredes, escondidos a las miradas ajenas, sin posibilidad de aprender y de obtener estímulos externos al hogar.


La Ciencia ha investigado y catalogado estas discapacidades y hoy en día los grupos de padres y familiares se han unido para formar asociaciones de discapacitados. En estas asociaciones han impulsado la visibilización de los raros en la sociedad, han impulsado campañas de concienciación para que la sociedad los acepte y se sensibilicen frente al problema. Han exigido que se respeten sus derechos, y mayores recursos sociales para la integración plena de estas personas en la sociedad. Sus objetivos suelen ser mejorar su calidad de vida, incidir en sus potencialidades, trabajar para lograr aumentar su autonomía, y, para que se sientan útiles y valoradas. Las familias necesitan asesoramiento psicológico, económico y legal, e información sobre las ayudas a las que pueden tener acceso. Se han creado centros de día, talleres ocupacionales, centros especiales de empleo, residencias de corta y de larga estancia, y actividades de ocio y tiempo libre para que los discapacitados se socialicen, aprendan a trabajar en equipo, vean su autoestima aumentada, para que sepan convivir con gente, para que mejoren su capacidad de comunicación, y sobre todo, para que se diviertan aprendiendo.


Los discapacitados, además, encuentran otras dificultades para adaptarse a nuestra sociedad porque en un mundo competitivo, ellos no son productivos. No tienen capacidad adquisitiva por sí mismos, de modo que no pueden consumir ni practicar el tipo de ocio que tiene la mayoría de la gente, que está basada en el consumo: ir al cine, cenar con amigos, visitar museos, ir al centro comercial, tomar el aperitivo, etc. Tampoco suelen ser muy agraciados físicamente, especialmente en el caso de las personas que presentan rigidez o malformaciones, de modo que no son mediáticos, ni deseables, ni tampoco tienen representación en los medios hoy en día. Su vida sexual y sentimental está muy limitada y en ocasiones es nula. No tienen acceso al placer y al cariño como nosotros; las limitaciones en este sentido vienen dadas por la dificultad para tener intimidad, por la dependencia de la familia, y por que en nuestra sociedad el sexo entre discapacitados es un tema tabú. A menudo se les medica para rebajar su libido porque no se reprimen como nosotros hacemos constantemente.


Su visibilidad social es escasa, su imagen se estereotipa en los medios de comunicación, y su capacidad para conocer gente y tener amigos está limitada por sus problemas de comunicación. También el miedo a lo diferente les aisla socialmente, porque muchos de nosotros no sabemos muy bien cómo comportarnos cuando entramos en interacción con ellos. Aunque lo mejor es comportarse con naturalidad, la falta de costumbre hace que la gente:
- grite a los ciegos
- obligue a los que van en silla de ruedas a levantar el cuello para poder mirarles a la cara
- les traten con compasión o paternalismo
- les hablen como si fueran tontos
- se impacienten con ellos porque tienen otro ritmo vital
- se les diga que sí a todo aunque no les hayamos entendido
- se les trata con brusquedad o como si fueran muebles.


Esto dificulta las relaciones igualitarias basadas en el respeto mutuo, y se debe probablemente a que el desconocimiento es la base de todos los prejuicios, y a lo alejados que están los mundos de los normales y de los diferentes. También se debe a nuestro desconocimiento de los códigos que utilizan para comunicarse: el sistema braille, la lengua de signos, el código morse, o las herramientas que usan (comunicadores, lectores de texto, etc.).


El esfuerzo del Estado y de los gobiernos locales debería ser mayor, quitándole a la Iglesia o al Ejército sus elevados presupuestos (por ejemplo). Hasta 1982, la ONU no reconoce los derechos de las personas discapacitadas. En nuestro país, el artículo 9.2. de la Constitución otorga a los poderes públicos la responsabilidad de “promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos/as los/as ciudadanos/as en su vida económica, política, cultural y social”.
El art. 49, establece que “los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos que este Título otorga a todos los ciudadanos.”


Como siempre, los artículos de la bienamada Constitución española son solo buenos propósitos, no realidades. Pero bueno, quería aportar documentación interesante. Las leyes que obligan a las empresas con más de 50 trabajadores a tener un tanto por ciento de discapacitados empleados no se cumplen en este país, de modo que la marginación de este gran colectivo no es sólo social, sino también económica y política. No sólo eso: en un mundo creado por y para normales, la arquitectura y los edificios, el transporte y los servicios no ofrecen sino barreras continuamente. Las personas sin movilidad propia encuentran difícil desplazarse de un sitio a otro: solo ir al cine puede convertirse en una odisea. Es cierto que lentamente se van derribando barreras arquitectónicas y que se van adaptando los transportes y los edificios a estas personas; pero como todo cambio a mejor, sucede demasiado lentamente.


A parte de la Ley de Integración Social de los Minusválidos de 1982, creo que la Ley de Dependencia (sobre todo si alcanzase a todas las personas que necesitan ayuda) es positiva, porque de lo que se trata es de cuidar al cuidador. Los padres y familiares de personas con discapacidad necesitan ayuda profesional porque a menudo ellos también son víctimas de la marginación social que sufren sus hijos o familiares discapacitados. El esfuerzo, el tiempo y la energía que invierten en ellos son descomunales, y a menudo se sienten aislados, especialmente en el caso de las personas discapacitadas con problemas de conducta. Esta problemática afecta especialmente a las mujeres: son millones las que cuidan de ancianos, discapacitados o enfermos en sus hogares. Estas mujeres no tienen vacaciones, ni bajas por enfermedad, ni pueden tampoco trabajar o ser independientes económicamente. Sus redes sociales se ven drásticamente mermadas, y a menudo están entregadas a su tarea las 24 horas, sin tener tiempo ni espacio para ellas mismas. Esta esclavitud puede verse mermada si el resto de la familia la sustituye, si pueden tener días de descanso, si pueden dedicarse a ellas mismas y sus aficiones, sus amistades, el resto de la familia, etc.


Aún queda muchísimo por hacer, porque evidentemente son un colectivo muy numeroso de gente que ve muy limitadas sus opciones de poder llevar una vida normal; por eso a menudo se cierran en ghettos donde no se sienten minusvalorados y donde nadie les mira mal.


Piensa por ejemplo lo que sería pasar un día entero con sordos que hablan en lengua de signos... el raro serías tú, y probablemente te chocaría sentirte diferente y sin posibilidad de comunicarte con ellos. Peor aún te sentirías, claro, si se rieran de ti por tu incapacidad para hablar la lengua que ellos utilizan. Si tuvieras que ir al médico, al banco, o a realizar cualquier trámite con alguien que te tradujese, porque yendo solo no te entendería nadie.

A menudo nos cuesta ponernos en lugar de otras personas porque damos por supuesto que la capacidad de ver, de oler, de oír, de andar o de pensar es algo natural, que es lo normal. Por eso se mira a los discapacitados como víctimas, como gente a la que les falta algo, gente que despierta lástima. Por eso las secuelas, por ejemplo, de los accidentes de tráfico nos parecen una desgracia brutal, pero tratamos de no pensar en ello. Si empatizasemos más, seríamos capaces de darnos cuenta de lo importante que es para cualquier persona su autonomía, su libertad para moverse y decidir, su autoestima, sus habilidades sociales, su capacidad de aprender. Valoraríamos más nuestra salud y nuestra autonomía, y dejaríamos de quejarnos por cualquier tontería. De algún modo, lo que para nosotros es algo corriente, para ellos es un mundo. Nosotros podemos permitirnos el lujo de deprimirnos, pero ellos luchan a diario contra sus limitaciones personales y los obstáculos sociales.


El problema, creo, es que dividimos la realidad en pares de opuestos, jerárquicamente. En un grupo está lo superior, la perfección, lo bueno, lo normal, el orden y la lógica. En el otro está lo inferior, la debilidad, la maldad, la desviación, el caos y la imperfección. Cuando logremos pensar en todos los matices entre los extremos y deconstruir el mito de la normalidad, podremos relacionarnos entre todos admitiendo las diferencias de raza, lengua, cultura, género, etnia, religión y capacidades. Entonces dejaremos de tener prejuicios y de marginar a las minorías, admitiendo que la sociedad está formada por multitud de minorías, y que el concepto de mayoría es relativo (por no decir inexistente). Entonces, sí, aprenderemos a ver el mundo como cuando jugábamos a ser ciegos y nos llevaban del brazo por la calle. Es fácil recordar el vértigo ante el espacio abierto, la inseguridad, el miedo al vacío, la desorientación y las ganas de quitarnos la venda y soltarnos del brazo, para ser libres e independientes de nuevo.


Coral Herrera Gómez

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